Estas prácticas eran realizadas hace miles de años por los tibetanos, y se les adjudicaron propiedades “rejuvenecedoras”, considerándolas la clave para una juventud, salud y vitalidad duraderas. Su objetivo es el de restaurar la salud y la vitalidad del organismo.
Fueron reveladas por Peter Kelder, quien las recibió de su amigo el coronel Bradford, quien consiguió recuperar esta sabiduría haciendo una excursión a un monasterio en los Himalayas, donde permanecieron ocultas por muchos años.
Se trata de 5 ejercicios, los cuales normalizan el desequilibrio de los 7 centros de energía principales del cuerpo (los 7 chacras), lo cual repercute en un reequilibrio hormonal. A saber, los 7 vórtices energéticos del cuerpo se relacionan con las 7 glándulas endocrinas. Cuando todos ellos giran a gran velocidad y esa velocidad es igual para todos, el organismo goza de perfecta salud. Cuando uno o más de ellos disminuyen su velocidad, entonces comienza el envejecimiento y el deterioro físico. Si giran demasiado rápido, generan ansiedad, nerviosismo y agotamiento.
Gracias a este reequilibrio hormonal, la hormona del crecimiento continuaría secretándose, permitiendo la regeneración celular (que ocurre en la juventud) y permitiéndonos vernos y sentirnos cada vez más jóvenes.
LOS EJERCICIOS
1. Giros

Su objetivo es acelerar los vórtices de energía (chacras).
- Pararse erguido con los brazos extendidos hacia cada lado del cuerpo; han de quedar en posición horizontal con respecto al suelo.
- Gira de izquierda a derecha (en la dirección de las manecillas del reloj) la cantidad de repeticiones que sean adecuadas para ti, hasta sentirte ligeramente mareado (ir aumentando gradualmente).
Para disminuir la sensación de mareo, puedes fijar la vista en un punto ubicado frente a ti y mantener tu mirada allí (como hacen los bailarines).
2. Levantamiento de piernas

Este ejercicio activa aún más los chacras.
- Tenderse sobre el suelo (sobre una esterilla o alguna superficie acolchonada) boca arriba, con los brazos a los lados del cuerpo y las palmas sobre el suelo, manteniendo los dedos unidos.
- Levantar la cabeza apretando la barbilla contra el pecho y una vez levantada, levantar las piernas estiradas hasta colocarlas en posición vertical (pueden extenderse hacia la cabeza, pero sin flexionar las rodillas). Hacer esto con la inhalación.
- Bajar la cabeza y las piernas (son doblar las rodillas), hasta tocar el suelo. Exhalar al hacerlo.
- Dejar que los músculos se relajen y repetir el ejercicio.
3. Apertura de pecho

- Ponerse de rodillas sobre el suelo (o esterilla) manteniendo el cuerpo erguido.
Las manos deben colocarse sobre los músculos posteriores de los muslos.
- Inclinar la cabeza y el cuello hacia adelante, apretando la barbilla contra el pecho. Exhalar.
- Luego tirar la cabeza y el cuello hacia atrás tanto como sea posible, inclinándose al mismo tiempo hacia atrás arqueando la columna. Mantener las manos en los muslos todo el tiempo para mantener el apoyo. Inhalar.
- Retornar a la posición original y recomenzar.
4. Tabla hacia arriba

- Sentarse en el suelo con las piernas estiradas hacia adelante, con una separación de unos 30 cm entre los pies. Mantener el torso erguido y las palmas de las manos sobre el suelo al lado de los glúteos, con los dedos apuntando hacia los pies.
- Apretar la barbilla contra el pecho, exhalando.
- Echar la cabeza hacia atrás lo más posible, a la vez que se levanta el cuerpo, doblando las rodillas y manteniendo los brazos y las piernas rectos, perpendiculares al suelo. El torso quedará en línea recta con los muslos formando un plano horizontal con relación al suelo. Inhalar y sostener la respiración mientras se tensan todos los músculos del cuerpo.
- Relajar los músculos mientras se regresa a la posición original de sentado, exhalando y descansando antes de repetir el ejercicio.
5. Pirámide

- Colocar el cuerpo boca abajo, sosteniéndolo con las palmas de las manos y dejando los dedos de los pies estirados hacia adelante. Debe quedar una distancia de unos 60 cm entre brazos y piernas, y han de quedar rectos.
- Se comienza con los brazos perpendiculares al suelo y la columna vertebral arqueada, quedando el cuerpo flexionado. Tirar la cabeza hacia atrás lo más posible. Tensar los músculos. Exhalar.
- Flexionar el cuerpo a la altura de las caderas, haciendo una “V” invertida, echando la barbilla hacia adelante, apretándola contra el pecho. Tensar los músculos. Inhalar al levantar el cuerpo.
- Regresar a la posición original exhalando y recomenzar el ejercicio.
Consideraciones
- Se recomienda comenzar con 3 repeticiones de cada ejercicio durante la primera semana. Cada semana ir agregando 2 repeticiones diarias de cada ejercicio, hasta llegar a las 21 repeticiones de cada ejercicio (la segunda semana realizarás 5 repeticiones de cada ejercicio, la tercera semana 7, etc. A la décima semana estarás haciendo las 21 repeticiones diarias de cada ejercicio).
- Es necesario hacer los 5 ejercicios para ver resultados, en el orden indicado. Estos están estrechamente vinculados entre sí y tienen la misma importancia. Si alguno te cuesta más, puedes hacer menos repeticiones del mismo e ir incrementando en la medida de tus posibilidades.
- No se debe llegar hasta el agotamiento (sería contraproducente). Hacer lo que se pueda, aumentando las repeticiones de forma gradual, sin desalentarse.
- Es la práctica diaria la que permitirá ver resultados. No dejes pasar más de 1 día a la semana sin hacerlos (al menos 3 repeticiones de cada ejercicio).
- Se pueden hacer en cualquier momento del día, mejor con el estómago vacío (espaciado 2 horas de las comidas principales).
- Puede ser beneficioso pararse erguido entre cada uno de los ejercicios con las manos en las caderas y respirar profunda y rítmicamente varias veces. A medida que expires, imaginar que se está drenando cualquier tensión que pueda contener tu cuerpo; al aspirar, imagínate llenándote de una sensación de bienestar y satisfacción.
- Evitar tomar baños fríos justo después de la práctica, lo que puede ser contraproducente con los beneficios obtenidos.
- La actitud mental es muy importante en los resultados. Si eres capaz de verte joven a ti mismo independientemente de la edad, los demás también te verán de esa manera. La práctica de los ejercicios te ayudarán a sentirte más joven y enérgico.